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El hibisco se puede utilizar para prevenir enfermedades cardiovasculares: reduce la presión arterial y el colesterol. Debido al contenido de compuestos antioxidantes, protege los vasos sanguíneos. También puede utilizarse en personas con falta de apetito y como laxante suave para el estreñimiento.
Sus propiedades antibacterianas y antihelmínticas lo hacen adecuado para su uso en infecciones gastrointestinales y enfermedades de la piel. Debido a su efecto inmunomodulador, se utiliza para ayudar a desarrollar la inmunidad. Por su efecto colerético puede utilizarse en trastornos digestivos y como coadyuvante en enfermedades hepáticas (efecto hepatoprotector).
Se trata de una infusión rica e vitaminas, con muy poca calorías y un potente sabor. En general, el té es una gran fuente de antioxidantes, unos nutrientes que se encargan de combatir lo radicales libres, es decir, las moléculas que van oxidando las células y haciéndolas envejecer. Además, contienen otros componentes bioactivos como los taninos que le confieren su característico sabor amargo y tienen efecto astringente y otras sustancias como las catequins con propiedades han sido estudiadas especialmente en té verde.